La novela de formación en la tradición hispanoamericanareescrituras de la modernidad [1920-1990]
- ESCUDERO PRIETO, VÍCTOR
- Nora Catelli Director/a
Universidad de defensa: Universitat de Barcelona
Fecha de defensa: 24 de julio de 2012
- Francisco Tovar Blanco Presidente/a
- David Viñas Piquer Secretario/a
- María de los Angeles Rodríguez Fontela Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Así como el nacimiento del Bildungsroman a finales del siglo XVIII está asociado al cambio de paradigma social, estético y filosófico que la cultura europea experimenta en esas fechas, la aparición y desarrollo de la novela de formación en la tradición hispanoamericana explora las posibilidades, límites y pasión de enunciar una modernidad americana. Una modernidad que comienza en las primeras décadas del siglo XX, con el balance crítico de los relatos de construcción nacional del siglo anterior y con la emergencia progresiva de campos culturales autónomos. Sobre la experimentación estética que todo ello conlleva en la década de 1920, se registra la importación de la novela de formación como estrategia narrativa en obras como Don Segundo Sombra, El juguete rabioso o Ifigenia. Estas primeras novelas indican esa conciencia de crisis y el cambio vertiginoso del proceso modernizador, así como el desajuste entre un horizonte social jerarquizado y la experiencia formativa del sujeto que lo desafía. Todo ello se acentúa a mediados de siglo, cuando novelas como Hijo de ladrón, Las buenas conciencias, Los ríos profundos o Crónica de San Gabriel, registran la emergencia de la complejidad social (cultural, étnica, económica, etc.) como fuente de cualquier posible relato negociado entre el individuo y la comunidad. Por último, los golpes y cambios políticos de los años 60 y 70, así como la consolidación de la narrativa hispanoamericana en el canon occidental con el fenómeno boom, lleva a la novela de formación a estetizar el proyecto de modernidad: obras como La traición de Rita Hayworth, Un retrato para Dickens o El país de la dama eléctrica, muestran a individuos que ya no aspiran a ser convalidados por una comunidad que no los acepta y, exiliados, arrinconados y humillados, llevan su experiencia formativa a la enunciación lingüística de ese conflicto. De esta manera, mientras la novela de formación partía de la reelaboración de géneros como la picaresca, la poesía gauchesca o las foudational fictions del siglo XIX, en el último tercio de siglo desemboca hacia el testimonio y la escritura autobiográfica, registrando con ello la distinta modulación de la modernidad hispanoamericana a partir de la reubicación de los géneros narrativos en el campo literario del siglo XX.