Warfare as a catalyst for lexico-semantic change from late old english to middle englisha study of norse and french influences on the semantic field of war
- Serrano Menero, Pau
- Paula Rodríguez Abruñeiras Directora
- Juan José Calvo García de Leonardo Codirector/a
Universidad de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 06 de mayo de 2022
- Isabel Moskowich Presidente/a
- Miguel Fuster Márquez Secretario/a
- María José Esteve Ramos Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El objetivo de esta tesis es analizar cómo la guerra en la Inglaterra medieval sirvió como motor para la evolución lingüística de la lengua inglesa y, más específicamente, cómo los préstamos y los cambios semánticos afectaron al campo semántico de [WAR] (‘la guerra’). Aunque se ha dedicado una gran cantidad de literatura al contacto lingüístico y sus resultados, esta área del lenguaje nunca antes se había abordado por completo. Si comparamos el vocabulario de cualquier texto del inglés antiguo con un texto de inglés contemporáneo, rápidamente podemos observar diferencias notables. A pesar de que a simple vista se observan claros cambios ortográficos y gramaticales, quizás la más identificable sea el cambio de léxico. Para alguien ajeno a la lingüística histórica será difícilmente reconocer más de unas pocas palabras en el texto de inglés antiguo. Si analizamos el porqué, tenemos que remitirnos a la historia externa de la lengua inglesa para ver cuando se produjeron estos cambios. Un resumen general de dicha historia nos cuenta como el primer milenio d.C. en Inglaterra fue un periodo extremadamente belicoso. Desde la llegada de las legiones romanas hasta la Conquista Normanda, este territorio ha sufrido multitud de conflictos de manos de pueblos muy diferentes que llegaron a las islas británicas por diferentes motivos y que indudablemente supusieron un contacto entre sus culturas y sus lenguas, tales como celta, latín, anglosajón, escandinavo antiguo, anglonormando y francés antiguo. Por tanto, como se discute a lo largo de esta tesis, nuestra hipótesis principal sostiene que la guerra jugó un papel fundamental a la hora de poner las citadas lenguas en contacto en la Inglaterra medieval, y como consecuencia, fue un importante catalizador para que la lengua inglesa recibiese grandes cantidades de préstamos lingüísticos y, por ende, que este léxico también sufriese notables cambios semánticos. Durante los últimos 20 años, han surgido numerosos estudios sobre la evolución de los campos semánticos en este periodo de la historia de la lengua inglesa. Muchos autores se han dedicado a estudiar su particular porción de la lengua anglosajona para ir, poco a poco, describiendo su evolución y así tener una idea cada vez más completa y precisa de los procesos seguidos. A fin de contribuir a dicho mapeado de la lengua, la presente disertación se centra en el campo semántico de la guerra, de alguna manera, complementando nuestra hipótesis central. Consideramos que, si la guerra fue un motor del cambio, también las palabras, ideas y conceptos relacionados con ella serán en sí mismos pruebas de dicho cambio. A fin de dar forma a esta disertación, y a raíz de nuestra hipótesis, se han formulado cuatro preguntas de investigación: Pregunta de investigación nº1: ¿Cómo contribuyó la situación socio-histórica de Inglaterra en el inglés antiguo y el inglés medio temprano (ej., contacto lingüístico, multilingüismo, o la alternancia de código) a dar forma al léxico del campo semántico de la Guerra? Pregunta de investigación nº2: ¿Cómo afectó el flujo de palabras de otras lenguas afectó a este particular campo semántico en el inglés? Pregunta de investigación nº3: ¿Qué procesos de cambio semántico sufrieron los términos nativos del inglés antiguo al inglés medio, y del inglés medio al inglés contemporáneo? ¿Qué porcentaje de nuestro cambio semántico se vio alterado por los cambios semánticos y cual no? Pregunta de investigación nº4: ¿Hasta qué punto influyo la poesía aliterativa en la adopción y uso de préstamos lingüísticos? Para responder a estas preguntas es necesario abordar primero tanto el contexto histórico como el teórico en torno a los que se desarrolla nuestro estudio. Tal y como se menciona más arriba, con la llegada del Imperio Romano a Inglaterra en el primer milenio d.C., llegó la romanización del territorio que pasaría a llamarse Britania. Esta ocupación no estuvo exenta de conflictos y batallas contra las tribus celtas que ya habitaban en dicho territorio tales como el levantamiento de los icenos a las órdenes de la reina Boudica en el 60-61 d.C. (Gillespie 2018: 1). El avance de las legiones llevó a Roma a lograr cierto dominio estable en lo que hoy en día conocemos como Inglaterra, arrinconando a las tribus celtas hacia los territorios actuales de Cornualles, Gales o Escocia. La imprenta romana se deja ver todavía en muchos topónimos como aquellos derivados de castrum (chester / caster / cester), ‘campamento’, como Chester, Doncaster, Manchester, Gloucester, Leicester, Worcester; o de vicus (wic / wick / wich / wych), ‘granja’, como Gatwick, Wickham, Aldwych, Ipswich, o Norwich, entre otros. Tras la caída del Imperio en el s. V d.C., la desprotección de los territorios antes controlados por Roma se hizo patente. Este hecho junto a la llegada de los hunos desde las estepas de rusia influyó a que las tribus germánicas del norte de Europa comenzasen a buscar nuevos territorios en los que vivir. Además, en los últimos años del Imperio, era una práctica común que las legiones estuviesen ya compuestas por mercenarios germánicos, los foederati. En Britania, los primeros anglos, jutos y sajones llegaron contratados por Roma, quienes, tras el declive del Imperio, aprovecharon para traer a sus familias a dicho territorio. De este modo, en poco más de medio siglo, Britania fue invadida por oleadas de estas tribus que se distribuyeron sin demasiados problemas a lo largo y ancho de la provincia romana. Este asentamiento germánico comprendía siete reinos (conocidos hoy en día como la Heptarquía) Kent, Essex, Sussex, Wessex, East Anglia, Mercia, y Northumbria (Algeo and Butcher 2013: 81), y quienes a pesar de conflictos menores entre estos reinos vivieron en relativa paz durante casi tres siglos. Tanto el periodo romano como el anglosajón sirvieron para establecer las bases de la cultura y la lengua que conocemos hoy. No obstante, el propósito de esta tesis es explorar en qué medida las invasiones escandinavas y la Conquista Normanda afectaron a la lengua anglosajona y, en particular, al campo semántico de la guerra. Si bien es cierto que la cristianización de Inglaterra en el s. VI podría considerarse como el primer contacto real y directo del inglés antiguo con una lengua extranjera, los efectos de dicho contacto se notaron principalmente en contextos eclesiásticos. Por el contrario, la llegada de los vikingos supuso un cambio más vertebral. Desde el saqueo del monasterio de Lindisfarne, a finales del s. VIII y hasta la conquista normanda en el 1066, las incursiones vikingas fueron incesantes, llegando incluso a crear su propio reino en estas tierras conocido como Danelaw (la [tierra bajo] ley danesa). Puesto que ambas lenguas eran hasta cierto grado inteligibles, esta proximidad genética de hizo posible la comunicación entre sus hablantes. El contacto lingüístico dio paso a una población multilingüe donde ambas partes se beneficiaban de él. A raíz de estas relaciones, muchas palabras de carácter cuotidiano escandinavas se abrieron paso dentro del stock léxico de la vernácula, por lo podemos encontrar numerosos préstamos lingüísticos del escandinavo antiguo que todavía hoy persisten y son de uso frecuente, como call, die, egg, fellow, get, give, ill, kid, leg, link, low, race, score, sister, skin, skirt, sky, take, trust, want, weak o window. La segunda gran influencia que observamos en la lengua inglesa es el francés. La conquista normanda en el 1066 representó un cambio mucho más radical en la cultura y la lengua inglesas que la influencia escandinava. Con la llegada de los normandos, el sistema feudal y la diferenciación entre clases (que ya iba tomando forma en el continente) entraron en activo en Inglaterra. Así pues, durante los más de doscientos años que duró el gobierno francés en suelo británico, el uso de la lengua anglosajona se vio reducido a un registro cuotidiano mientras que el francés y el latín dominaban todos los registros formales. Además, en algunos casos los matrimonios mixtos y su asociación con la clase gobernante hizo que muchos ingleses aprendiesen esta lengua romance (Baugh y Cable 2005: 103-104). El augmento de individuos multilingües facilitó también la alternancia de lenguas, como podemos observar, por ejemplo, en el poema del inglés medio estudiado en esta tesis, Sir Gawain and the Green Knight. A su vez, este contacto tan estrecho provocó que muchos términos franceses se incorporase al stock léxico de la lengua inglesa. Hoy en día encontramos miles de préstamos provenientes del francés y que tocan temas tan diversos como la geografía, títulos nobiliarios, segmentos de la sociedad, administración, comercio y artesanía, ropa y decoración, comida y cocina, y también, términos militares (Hickey n.d., para. 18-28). Las razones para la incorporación de tantos préstamos del escandinavo antiguo, del francés (tanto en su variante normanda como en la central) o del latín son muy diversas. Sin embargo, Myers-Scotton (2002) los clasifica en dos grandes grupos de acuerdo con la naturaleza de su incorporación: cultural borrowings (préstamos culturales) o core borrowings (préstamos básicos). Los préstamos culturales son aquellos tomados para designar una idea o concepto inexistente en la lengua receptora, mientras que los préstamos básicos duplican las palabras que ya existían en la lengua receptora, y o bien conviven como sinónimos o acaban por sustituirlas. Este cambio masivo de vocabulario en el inglés medio se conoce como relexificación (Fuster-Márquez and Calvo-García de Leonardo 2012: 64). No obstante, los préstamos lingüísticos no son la única consecuencia directa del contracto entre lenguas. La convivencia de estos pares de sinónimos o duplicados en una misma lengua suele suponer, además, que se produzcan también cambios semánticos. Si bien es cierto que pueden existir sinónimos totales, es mucho más común la existencia de sinónimos parciales. Es aquí donde casos de especialización, generalización, metáforas o metonimias (entre muchos otros) son frecuentemente visibles (Crespo 2013: 35). Dicha coexistencia provoca que o bien el término nativo o el barbarismo alteren su significado original para cubrir un matiz más restringido del concepto en cuestión. Sin embargo, también es posible que finalmente uno de los términos acabe por imponerse y hacer que el duplicado quede obsoleto. Por tanto, si nos centramos en analizar un campo semántico en específico (como se pretende en esta tesis), podemos afirmar que su integridad puede verse fácilmente alterada tanto a causa de la incorporación de préstamos lingüísticos como por los cambios semánticos provocados por dichas incorporaciones. A lo largo de los últimos 20 años, los estudios sobre campos semánticos han sido un tema recurrente en la Lingüística Histórica. Uno de los enfoques más comunes para su estudio entre los grupos de investigación ha sido la Lingüística de Corpus, como es el caso de VARIENG (Research Unit for the Study of Variation, Contacts and Change in English; Universidad de Helsinki, Finland), VLCG (Research unit for Variation, Linguistic Change and Grammaticalization, Universidad de Santiago de Compostela) o MuStE (Research Group for Multidimensional Corpus-Based Studies in English; Universidad de A Coruña), entre otros. Los estudios de corpus permiten crear una compilación de textos que sirven como material para la obtención de datos precisos. De esta manera, el presente estudio adopta también dicho enfoque para analizar el cambio léxico-semántico en el campo semántico de la guerra en el salto entre el inglés antiguo y el inglés medio. Para realizar el estudio se han concretado tanto el periodo de estudio como los textos que conforman nuestro corpus, así como también los términos que analizamos. De este modo, acotamos nuestro estudio dentro del período de máxima exposición de la lengua inglesa ante la influencia de las culturas invasoras. Hablamos entonces del salto entre el inglés antiguo y el inglés medio, donde, a parte de las diferentes oleadas de latín (a raíz de la romanización de Britania o la llegada del cristianismo), encontramos las invasiones vikingas desde finales del s. VIII hasta la Conquista Normanda por parte del duque Guillermo de Normandía en el 1066. Sin embargo, para dar tiempo a que estas influencias se asentasen en la lengua y realmente ver sus efectos sobre el léxico inglés, se ha decidido extender el periodo de estudio hasta finales del inglés medio, tras la guerra de los 100 años, en el s. XV. Por su parte, los textos a elegir vienen marcados el propio tema de estudio. Consideramos como válidos todos aquellos textos que de algún modo hagan referencia al campo semántico de la guerra. En el caso del inglés antiguo disponemos de 13 textos que acumulan un total de 24.549 palabras. Por el contrario, en el inglés medio contamos con 5 textos que suman un total de 202.441 palabras. Conjuntamente, los 18 textos de ambos periodos forman nuestro corpus completo, aunque para facilitar su comparación diferenciamos entre el subcorpus del inglés antiguo y el subcorpus del inglés medio. Del mismo modo, la selección de léxico también está determinada por su relación con nuestro campo semántico. Según Kleparsky and Rusinek (2007: 192) un campo semántico es aquel en el que las palabras están relacionadas entre sí bien por un elemento-raíz común o bien por una relación de significado. Por consiguiente, nuestro campo debe estar compuesto tanto por palabras que compartan raíz con el lexema [WAR] ‘guerra’ (incluyendo todas las clases de palabras de contenido como sustantivos, verbos, adjetivos o adverbios), como por aquellas cuyo significado vaya ligado a dicho concepto por cualquier relación semántica, como la sinonimia, antonimia, meronimia o hiponima, entre otras. Para llevar a cabo nuestro estudio, aparte de configurar nuestro corpus, se han establecido también aquellas herramientas que permitan tanto su extracción como su análisis. A fin de extraer y gestionar el vocabulario se precisaba de una herramienta (‘concordancer’) que precisase de ciertos requisitos para facilitar el tratamiento de los datos. Después de valorar las ventajas y desventajas de las opciones disponibles (como Lextutor, WordSmith o AntConc), se valoró crear una herramienta propia que se adecuase a las necesidades de este estudio y agilizase su uso. De este modo, conjuntamente con la empresa local de proyectos digitales Digital Square, se desarrolló la herramienta COMEET (Concordancer of Old and Middle English Epic Texts). Aunque basada en las características principales de las herramientas mencionadas, tiene una interfaz mucho más fácil de usar que permite una mayor agilidad en el tratamiento de datos y hace las tareas de extracción y procesado mucho menos tediosas. Para el análisis de los datos se han utilizado todos los materiales en línea disponibles, como diccionarios vocabularios y traducciones. Sin embargo, esta tesis se apoya en gran medida en el HTOED (Historical Theasurus of the Oxford English Dictionary). Siendo el primer tesauro histórico de la lengua inglesa jamás publicado, el HTOED dispone de una gran cantidad de información que permite la realización de estudios como el presente. Una vez extraído el vocabulario de los textos, con esta herramienta se han podido filtrar y validar todos aquellos términos que pertenecen al campo semántico de la guerra. Este tesauro permite ver todos los significados que ha adquirido una palabra a lo largo de su historia a partir de las fuentes originales, siempre proporcionando las citas de las que dicha información se ha extraído. No obstante, los resultados han sido filtrados por las otras herramientas disponibles (véanse, MEC [Middle English Compendiu], Bosworth-Toller dictionary, Etymonline, Old English translator, o Old English reader), a fin de cotejar la información y no caer en idiosincrasias. Al extraer y analizar el vocabulario también se ha podido determinar la estructura de nuestro campo semántico. A parte de los términos que comparten un elemento-raíz con war (sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios), el hiperónimo [WAR] se ramifica en dos hipónimos (o semas distintivos) mayores: [ARMED HOSTILITY] ‘hostilidad armada’ y [AUTHORITY] ‘autoridad’. Estos dos subcampos comprenden el resto de vocabulario de forma estratificada en otros semas distintivos menores. Por ejemplo, [ARMED HOSTILITY] contiene subcampos como “operaciones tácticas”, “combatientes”, “equipamiento”, o “muerte”, mientras que [AUTHORITY] comprende subcampos como “rango”, “territorios” o “castigo”. Así pues, si dividimos los términos por periodos, por un lado, encontramos 287 palabras en el corpus del inglés antiguo, por otro hallamos 352 palabras en el corpus del inglés medio. Y si tenemos en cuenta que 107 términos se hallan en ambos periodos, podemos afirmar que nuestro campo semántico se compone de un total de 532 palabras. De este modo, una vez fijado el léxico, se ha procedido al análisis de los resultados. En primer lugar, el vocabulario ha sido analizado desde tres perspectivas diferentes: clase de palabra, currentness (‘estado actual de la palabra’), y lengua de origen. Si nos referimos a la clase de palabra, y como era de esperar, el campo semántico de la guerra se alimenta principalmente de sustantivos y verbos con una gran diferencia con respecto a los adjetivos y adverbios. Las dos primeras categorías juntas concentran casi el 95% de los tipos relacionados con la guerra registrados en el estudio, mientras que las dos últimas presentan un porcentaje poco relevante, con solo el 5%. Además, aunque se observan algunos casos de elementos prestados en adjetivos y adverbios del inglés medio, el aumento no es lo suficientemente relevante como para afirmar que los préstamos tuvieron un impacto significativo en estas clases de palabras. En cuanto al currentness, o estado actual de la palabra, vale la pena señalar que, a pesar de la gran cantidad de palabras obsoletas del inglés antiguo que encontramos en el léxico actual, según sus entradas en el OED, la mayoría de ellas todavía estaban en uso durante el inglés medio y gran parte del período del inglés moderno, y que solo cayeron en desuso en tiempos relativamente recientes. Aunque estos términos pueden haber sido reemplazados por otros en el inglés contemporáneo, tal vez, es posible que esta disminución también sea una indicación de que estas palabras ya no reflejan la realidad de nuestro mundo debido a cambios significativos en el mundo militar. Por último, si hablamos de la lengua de origen, cabe señalar que cada nuevo préstamo que se integraba al idioma inglés representaba una disminución igual en la supremacía del léxico anglosajón original que observábamos en el período anterior. Así pues, nuestro corpus contiene un total de 134 préstamos lingüísticos, incluyendo a los híbridos. Sin embargo, este dato se vuelve aún más destacable al considerar el porcentaje total que estas incorporaciones léxicas representaron en el stock de este campo semántico, el 36% del léxico. Este porcentaje se desglosa en 25’6% de origen francés, 4’2% del escandinavo antiguo, 1’4% del latín, 1’1% de origen desconocido y, por último, un 3’7% de términos híbridos que contienen una raíz extranjera combinada con un morfema nativo. Así, podemos afirmar que el impacto de los préstamos en el campo semántico de la guerra fue sumamente notable. Además, se debe enfatizar la importancia de la influencia francesa en el inglés medio no solo en términos de préstamos lingüísticos, sino también en los nuevos procesos de formación de palabras. En cuanto a la naturaleza del préstamo, hallamos un total de 55 préstamos culturales y 79 préstamos básicos. Los culturales se concentran principalmente en los subcampos de [equipamiento] (22), que reflejan la aparición de la armadura del caballero medieval o el uso del caballo para usos bélicos; y [localizaciones] (13) que demuestran la aparición de los castillos y el desarrollo de las fortificaciones. Por otro lado, los préstamos básicos representaban sinónimos de palabras ya existentes en la lengua vernácula. Si se comparan las frecuencias de uso de dichos préstamos con su variante nativa en el inglés medio, se observa claramente un uso mayor de la palabra inglesa. Sin embargo, si estos datos se comparan con el inglés contemporáneo podemos observar como en su gran mayoría, los préstamos han acabado por sustituir a sus homólogos ingleses (véase casos como war/wie, defend/beorgan, peace/frith/grith, armour o coat/brinie, mount/radhorse o prince/atheling). Por tanto, podemos afirmar que la incorporación de préstamos lingüísticos estuvo motivada, por un lado, por la evolución de la sociedad y la necesidad de describir nuevas realidades (préstamos culturales), como la innovadora armadura del caballero medieval o las nuevas fortificaciones construidas alrededor de la isla, pero también por el diferente estatus de las lenguas en contacto tenían dentro del mismo territorio (préstamos básicos): la coexistencia de escandinavo y francés con la lengua vernácula provocó el reemplazo de muchos términos nativos en el campo semántico de la guerra. Por otro lado, también se han detectado muchos casos de cambio semántico. Como se ha detallado arriba, gran parte de este léxico alterado tenía un homologo prestado que brindaba una amplia gama de alternativas sinónimas durante el inglés medio. Esta circunstancia favoreció que, con el tiempo, cuando la realidad de este campo semántico evolucionó, muchos de los términos evolucionaron con él. De nuevo, como ejemplos más representativos, hacemos referencia tanto al caballero medieval como a las fortificaciones. Se ha observado como la palabra knight ha sufrido diversas modificaciones de significado por causas socioculturales y has pasado de significar ‘chico joven’ a la importante figura del ‘vasallo/caballero’ medieval, para acabar refiriéndose a un título honorifico en la actualidad. Por razones similares, la palabra castle se tomó prestada originalmente del latín para representar ‘villa’, y fue evolucionando hasta significar ‘pueblo fortificado’ y finalmente ‘fortaleza’. Sin embargo, al igual que knight, castle ha dejado de representar la realidad del campo semántico de la guerra, y hoy en día los castillos se refieren a grandes residencias equiparables a las mansiones. Por lo tanto, podemos afirmar que, ya sea en forma de préstamos o híbridos, préstamos culturales o básicos, la contribución del vocabulario extranjero implicó una drástica relexificación del vocabulario bélico original del inglés antiguo, bien por sustitución léxica o bien por cambios semánticos. Como conclusión, a fin de dar respuesta a nuestras preguntas de investigación, podemos afirmar que las situaciones sociolingüísticas a las que se vieron expuestos los participantes de los enfrentamientos bélicos de la Inglaterra medieval (como el contacto lingüístico, multilingüismo, o la alternancia de código), fueron esenciales para facilitar la incorporación de muchos préstamos lingüísticos en el campo semántico de la guerra, tanto del escandinavo como del francés (y, aunque en menor medida, del latín). Hemos podido observar cómo mientras en el inglés antiguo solo un 3% del vocabulario de nuestro corpus era de origen extranjero, este porcentaje se vio incrementado hasta un 36% en el inglés medio. Del mismo modo, podemos afirmar que gran parte de estos préstamos (el 25%) provienen del francés. Es igualmente destacable el incremento de híbridos en el inglés medio, puesto que representa el nivel de flexibilidad de la lengua inglesa a la hora de incorporar léxico de otras lenguas y combinarlo con mecanismos morfológicos propios. Hemos podido observar también como el cambio semántico es otra consecuencia directa del contacto entre lenguas, ya que la coexistencia de palabras nativas con sinónimos extranjeros provocó que muchos de estos términos acabasen por alterar sus significados para sobrevivir en la lengua, aunque también es cierto que la evolución sociocultural de la guerra ha llevado a que otros tantos de estos términos hayan dejado de representar la realidad actual, y, si se conservan en el inglés contemporáneo, es en muchos casos como palabras poéticas, historias o arcaicas. Por último, otro de los objetivos principales de esta tesis era el de ver hasta qué punto pudo haber influido el uso del verso aliterativo en la incorporación de barbarismos en la lengua inglesa. Debido a que la mayoría de ellos eran préstamos básicos, se esperaba que esto fuese un factor determinante para que los autores aliterativos incorporasen estos préstamos a sus obrar como variantes aliterativas. Sin embargo, el estudio comparativo de las obras del inglés medio ha demostrado de manera concluyente que no existe una correlación directa entre el uso del verso aliterado y el cambio lingüístico. Así pues, con este trabajo, esperamos contribuir a la investigación previa en otros campos semánticos, demostrando cómo, en efecto, la guerra fue un importante catalizador del cambio léxico-semántico en la lengua inglesa.