Sobre los vínculos sociales en KantImplicaciones del concepto de antroponomía
- Rivadulla Durán, Almudena
- Ana Marta González González Director
Universidade de defensa: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 23 de xuño de 2021
- Lourdes Flamarique Zaratiegui Presidente/a
- Vicente De Haro Romo Secretario/a
- María Jesús Vázquez Lobeiras Vogal
- Nuria Sánchez Madrid Vogal
- Mariano Crespo Vogal
Tipo: Tese
Resumo
Esta investigación se apoya en la noción de vínculo con el fin de iluminar la comprensión de los deberes que Kant expone en la Metafísica de las Costumbres. A nuestro entender, los deberes que Kant expone en este texto no son deberes individuales de unos para con otros, sino que se trata de deberes que consolidan los vínculos sociales entre los hombres. En efecto, la idea de vínculo social viene de la mano del deber que tienen todos los hombres de reconocerse unos a otros como seres dotados de un mismo valor. De acuerdo con Kant, este reconocimiento debe ser práctico y debe traducirse, por lo tanto, en una forma de configurar la convivencia: según el derecho y considerando siempre a la persona por encima de la opinión social. Juntamente con este primer reconocimiento, Kant sostiene que debemos tratarnos en un nivel vinculativo más profundo. De ahí que considere que tenemos todos un deber de amor. Con este deber, Kant quiere dar a entender que el hombre puede aspirar a una capacidad de tener fines que no es individual, sino comunitaria. En efecto, el hombre es capaz de convertir en suyos los fines de otros. El hecho de que la razón señale el respeto y el amor como algo más que sentimientos, esto es, como deberes de los hombres entre sí, demuestra que para Kant la vinculatividad no es una restricción para la propia libertad, sino todo lo contrario. Aunque de su pensamiento se suela destacar el principio de autonomía moral, hemos podido comprobar a lo largo de estas páginas que este principio se traduce en el cultivo de determinadas formas sociales: el derecho, la virtud y los modales del trato como la amabilidad, la cortesía y la hospitalidad. Se trata de formas de vinculación y, al mismo tiempo, de formas de vivir la libertad. De este modo, al destacar la lógica de los vínculos, se puede comprobar que la teoría moral kantiana no es solo una fundamentación de la ética, sino que contiene un proyecto sobre el hombre: una antroponimia. En este sentido, la libertad humana deja de ser algo abstracto y deviene algo concreto como libertad vinculada. En efecto, para Kant, la razón no se muestra indiferente ante el carácter más particular de la especie humana, sino que legisla en atención a lo que nos caracteriza particularmente como seres humanos: la condición física y sexuada, la aspiración a la igualdad y a la felicidad, etc. En este sentido, cabe subrayar entre otras cosas el concepto de ley permisiva que la razón formula en atención a la posesión de cosas y en atención al concepto de matrimonio como institución natural. En definitiva, la razón incondicionadamente legisladora por la cual hablamos del hombre como un ser moral, no está alejada de las condiciones materiales en las que se da la existencia humana. Todo lo contrario. La razón contiene una legislación adecuada a las condiciones empíricas de la existencia humana; una legislación que apunta no a lo que el ser humano suele ser, sino a lo que debe y puede llegar a ser de acuerdo con el ideal de la humanidad: una persona justa, un ciudadano tanto de una comunidad jurídico-política como de una comunidad ética que realiza plenamente la idea del reino de los fines.