Sinhogarismo, patrón de consumo y conflictos judicialesun estudio comparativo entre los resultados de la ENPSH de 2005 y 2012

  1. Aitor López 1
  2. Dolores Seijo 1
  3. Manuel Vilariño 2
  1. 1 Universidade de Santiago de Compostela
    info

    Universidade de Santiago de Compostela

    Santiago de Compostela, España

    ROR https://ror.org/030eybx10

  2. 2 Universidad de Zaragoza
    info

    Universidad de Zaragoza

    Zaragoza, España

    ROR https://ror.org/012a91z28

Buch:
Psicología jurídica: conocimiento y práctica : X Congreso Internacional de Psicología Jurídica y Forense, Sevilla, 25, 26 y 27 de mayo de 2017
  1. Bringas, Carolina (dir.)
  2. Novo Pérez, Mercedes (dir.)

Verlag: Sociedad Española de Psicología Jurídica y Forense

ISBN: 978-84-8408-326-9

Datum der Publikation: 2017

Seiten: 401-423

Kongress: Congreso Internacional de psicología jurídica y forense (10. 2017. Sevilla)

Art: Konferenz-Beitrag

Zusammenfassung

Las personas sin hogar conforman un colectivo difuso en sus límites y heterogéneo en su composición y características. Para este subconjunto de la población se ha demostrado por diferentes estudios una mayor prevalencia de trastornos mentales severos especialmente trastornos psicóticos y abuso o dependencia de drogas. La literatura señala que este colectivo se ve envueltos con más frecuencia en conductas antisociales y criminales, y por lo tanto, interaccionan en mayor grado con el sistema de justicia. En este estudio se ha contrastado los datos obtenidos por la Encuesta para Personas sin Hogar realizada por el Instituto Nacional de Estadística para el consumo de alcohol y drogas y detenciones policiales en los años 2005 y 2012. Los resultados señalan que existe una reducción en los porcentajes de detenidos en varias ocasiones en 2012, pese un incremento de aquellos que fueron detenidos en una sola ocasión. Los mismos datos refieren que un mayor consumo de sustancia incrementa la posibilidad de ser detenido en ambos años, siendo entre 8 y 9 veces más probable ser detenido para los consumidores de alcohol y entre 9 y 11 más probable para los consumidores de drogas, dependiendo del año. Se concluye la necesidad de un mayor esfuerzo en la investigación en este ámbito.