El hospital de peregrinos y el culto a San Roque en la villa de Llanes
- Santos Rodríguez, Juan Ignacio
- Ana María Fernández García Director
- Francisco Javier Fernández Conde Director
Universidade de defensa: Universidad de Oviedo
Fecha de defensa: 27 de xuño de 2013
- María Cruz Morales Saro Presidente/a
- Margarita Fernández Mier Secretario/a
- Juan Manuel Monterroso Montero Vogal
Tipo: Tese
Resumo
Se plantea con esta investigación el estudio del Hospital de peregrinos de la villa de Llanes desde sus orígenes en la Edad Media, los hechos que motivaron su fundación, así como el desarrollo del mismo hasta la desaparición de la institución asistencial a finales del siglo XIX y sus pervivencias modernas. Debido a la importancia del culto que la advocación de la Capilla del centro aún mantiene en la población, además de los aspectos históricos y artísticos se ha prestado especial atención al estudio de las mentalidades como parte del trabajo resultante. Para ello se desarrolló el trabajo de análisis e investigación con una doble perspectiva. En primer lugar histórica y religiosa, incluyendo los orígenes y causas de su fundación, los motivos y las personas relacionadas con ese hecho. También el contexto histórico en que se enmarca, junto a las mentalidades y la religiosidad que pudieran vincularse a la evolución del hospital hasta su desaparición y la separación de la capilla aún existente. En ese sentido, el estudio del culto a la figura del santo de Montpellier en la villa de Llanes ha mostrado la aparición de una devoción continuada desde el siglo XVI y que es motivo de la existencia tanto de su advocación principal en el centro asistencial, como de una cofradía en Llanes. En segundo lugar, se detalla el estudio de los aspectos arquitectónicos y artísticos del hospital: su arquitectura y los cambios y transformaciones estructurales o decorativas que ha sufrido, así como su relación con el entramado urbano extramuros de la villa y su papel en la evolución del mismo. De igual manera se ha contemplado la atención a todo lo referido con los elementos y entidades muebles, es decir, tallas religiosas, objetos litúrgicos, reliquias, etc. integrantes del centro. Fundado en el siglo XIV, cuando la villa se encuentra inmersa en una verdadera reforma de su fisonomía y urbanismo por la confirmación de su fuero, la creación del hospital cobra especial importancia por su relevancia para la población, conectada por mar a través del segundo puerto más importante de Asturias durante el Medievo, e inscrita dentro de la ruta costera del trazado jacobeo. En este sentido los textos parroquiales reflejan su condición de acogida para viajeros y transeúntes. Otras referencias documentales además, permiten reconocer a Juan Pérez de Cué como el fundador del Hospital. Hombre de iglesia originario de la localidad llanisca de mismo nombre, quizás perteneciente a la baja nobleza rural y que pudo ser miembro de la clerecía de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Concejo de la villa, o quizás más probablemente abad del cercano Monasterio de San Salvador de Celorio. A pesar de no conservarse el documento de fundación, las continuas referencias a su contenido en numerosos textos posteriores han permitido conocer su contenido básico, con deberes y obligaciones entre los miembros de su administración: hospitalera, mayordomo y capellanes a los que se sumará posteriormente un patrono. Aunque la descendencia legítima de la familia del fundador se mantiene como fórmula original y condición imprescindible para obtener estos cargos, los testamentos y codicilos del siglo XVI revelan desde entonces un sistema de mayorazgo como medio de transmisión. Su posesión generará de manera constante disputas y litigios debido al importante dominio señorial del que disponía el Hospital, con tierras repartidas mayoritariamente en la zona central del concejo y propiedades urbanas en la villa, que proporcionaban por medio de rentas, el numerario económico necesario para el sostenimiento de la institución. No obstante, la mala gestión, las cesiones para obras pías y sobre todo las leyes desamortizadoras especialmente a partir del siglo XVIII, provocan una progresiva pérdida de las mismas. Aunque sabemos de la existencia del Hospital al menos desde la tercera década del siglo XIV, el establecimiento asistencial debió tener una advocación anterior a la de San Roque, existente desde el siglo XVI, pues no hay indicios de su culto anteriores al siglo XV en la historiografía. Para tratar de contestar a este interrogante e indagar en las causas que pudieron motivar su actual titularidad religiosa hemos atendido a varios aspectos como la condición del centro como hospital de peregrinos, su relación tradicional con la villa o los acontecimientos sociales e históricos, especialmente los de carácter local y fuerte repercusión, que pudieran haber influido en este sentido: entre las cuales los brotes de enfermedades epidémicas parecen haber tenido especial relevancia. El complejo hospitalario estaba ubicado extramuros de la villa junto a una de sus puertas, y sus posibilidades de acogida y asistencia eran modestas, igual que sus dimensiones. Disponía de un edificio de planta rectangular con dos pisos, en el que el inferior albergaba las camas y el superior era la vivienda de la hospitalera. Comunicada por medio de ventanucos en uno de sus lados, una capilla rectangular de nave única y similares dimensiones ofrecía el cuidado espiritual, mientras que un huerto en la parte posterior completaba el conjunto. El edificio hospitalario desaparecerá a finales del siglo XIX quedando tan solo pequeños restos visibles en las construcciones actuales, mientras que el carácter religioso de la capilla y la importancia del culto y la devoción a San Roque en la villa, a través de una cofradía y su evolución social en forma de un asociacionismo popular tradicional característico y propio de Llanes, hacen posible su conservación, aunque con algunas transformaciones arquitectónicas y estéticas debidas a los acontecimientos históricos acaecidos. Su aspecto actual, obra de Fermín Coste en 1914, es consecuencia de una reforma centrada casi exclusivamente en la fachada, dentro de un discurso estético de carácter historicista. Merece destacarse además, el proyecto sin resolver que para la capilla planteó el conocido arquitecto asturiano Enrique Rodríguez Bustelo en los años treinta del siglo XX.