Habronemosis: diagnóstico y control integrado de la infección

  1. Ana María Duque de Araujo Munhoz 1
  2. Silvia Miguélez
  3. Fabián Leonardo Arroyo Balán
  4. José Ángel Hernández Malagón
  5. Andreu Oliver Rullán
  6. José Suárez Sánchez-Andrade
  7. María Sol Arias Vázquez
  8. Luis Manuel Madeira de Carvlho
  9. José Luis Suárez García de Paredes
  10. Adolfo Paz Silva
  11. Rita Sánchez-Andrade Fernández
  1. 1 Universidade Lusófona de Humanidades e Tecnologías, Lisboa (Portugal)
Zeitschrift:
Equinus: Medicina y cirugía equina

ISSN: 1578-861X

Datum der Publikation: 2015

Nummer: 41

Seiten: 36-47

Art: Artikel

Andere Publikationen in: Equinus: Medicina y cirugía equina

Zusammenfassung

La habronemosis es una infección parasitaria de los équidos transmitida por moscas. Su incidencia ha aumentado en los últimos años al igual que sucede con otras infecciones transmitidas por dípteros, en parte porque los vectores se han hecho resistentes a muchos de los insecticidas que están disponibles en el mercado. En estado adulto los nematodos Habronema y Draschia viven en el estómago de los caballos causándoles la denominada habronemosis gástrica que puede cursar con ligera gastritis. En esta localización, las hembras ponen huevos larvados que salen al exterior mezclados con las heces del hospedador y para proseguir su evolución tienen que ser ingeridos por larvas de moscas que ponen sus huevos en estiércol. El ciclo se cierra cuando las moscas adultas se posan en las proximidades de la boca o en los ollares del caballo, y las larvas infectivas de los habronemas salen de ellas y si el caballo las traga vuelven al estómago. Si las moscas depositan las larvas en heridas o zonas en las que el caballo no se puede lamer, el ciclo se interrumpe. La herida en la que fueron depositadas se hace cada vez más grande y el continuo movimiento de las larvas impide su cicatrización, originando las lesiones conocidas como habronemosis cutánea o heridas de verano. Es importante tener en cuenta que aunque la presentación más frecuente, patógena y visible es la cutánea, para que se produzca es necesaria la infección gástrica en la que los parásitos adultos liberan los estadios infectivos que se desarrollan en las moscas. La infección cutánea tiene un claro patrón estacional, las heridas comienzan en el verano y cicatrizan cuando las moscas dejan de estar activas. Es por ello que para evitar que aparezcan las heridas de verano de los caballos se requiere el diseño de procedimientos integrados que utilicen antihelmínticos frente a los nematodos adultos y productos para luchar contra las moscas.