Evidencias agroecologicas para la agricultura del futuro

  1. Gonzalvez Pérez, Victoriano
Dirixida por:
  1. Juan José Ruiz Martínez Director
  2. Santiago García Martínez Co-director
  3. María Dolores Raigón Jiménez Co-director

Universidade de defensa: Universidad Miguel Hernández de Elche

Fecha de defensa: 25 de setembro de 2017

Tribunal:
  1. Jaime Prohens Tomás Presidente/a
  2. Vicente Castell Zeising Secretario/a
  3. Enrique Dapena de la Fuente Vogal
  4. Xan Xosé Neira Seijo Vogal
  5. Carmelo García Romero Vogal

Tipo: Tese

Resumo

A lo largo de este trabajo se analizan comparativamente los resultados e impactos de los estudios científicos accesibles en las principales bases de datos, que muestran las evidencias a favor de la agricultura ecológica (incluida la ganadería) y a las prácticas agroecológicas, en los beneficios que reportan este modelo a la producción de alimentos y a la sociedad en general, en un sector que se enfrenta a los grandes retos de futuro, tales como el impulso del desarrollo rural, la producción y distribución de alimentos suficientes y sanos, el mantenimiento y mejora de la biodiversidad, el cambio climático y la sostenibilidad general del planeta. Por ello, se plantea la agricultura y alimentación ecológicas y las prácticas agroecologías como la agricultura del futuro, capaz de aportar sostenibilidad a los agrosistemas, mantener la base natural productiva y mejorar la biodiversidad necesaria para ello, a través de una investigación más apropiada en la que participan los actores de la misma, superando las polémicas que se han suscitado en torno a este modelo productivo. Se analizan las contribuciones medioambientales de la producción ecológica, entre las que se resaltan los estudios que concluyen que las prácticas ecológicas incrementan la biodiversidad y la fertilidad del suelo, reduciendo la erosión y disminuyendo la contaminación de suelos, agua y del aire. Destacan también las evidencias que la producción ecológica es un sumidero de carbono que reduce los gases de efecto invernadero, mitigando o adaptándose mejor al cambio climático y reduciendo el consumo energético, a la vez que realiza un mejor uso del agua. El trabajo se entretiene revisando las contribuciones de este método de producción de alimentos con la calidad de la composición de los mismos y su impacto en la salud, y encuentra que son más seguros, nutritivos y sanos para el ser humano, así como más adecuados sensorialmente para la alimentación, con implicaciones positivas para la salud, aunque ante un planeta cada vez más globalizado, son necesarias investigaciones que pongan de manifiesto como la alimentación ecológica puede enfrentar los retos de soberanía y seguridad alimentaria, y hacer frente a las enfermedades del siglo XXI. Dentro de las aportaciones de justicia social se hace hincapié en los aspectos de equidad que aporta la producción ecológica y las prácticas agroecológicas, en relación con su mejor productividad y rentabilidad, lucha contra el hambre en el mundo y el principio de respeto. Las principales contribuciones de la producción y prácticas agroecológicas son globales, por lo tanto, trasladables a los modelos de producción convencional, en miras de obtener un sistema productivo más sostenible y capacitado a sustentar los retos del futuro cambiante. En este sentido aporta resultados para considerar su viabilidad económica y bienestar social, que otros modelos no hacen, implicando prácticas de actividades de transformación y ventas directas, rentas agrarias y alimentación dignas para los productores y la calidad en la calidad productiva, eliminando las exposiciones a productos de alto impacto sobre la salud. El trabajo concluye que las evidencias encontradas y analizados sistemáticamente sobre la agricultura ecológica deben ser consideradas en el centro de las políticas agrarias que orienten el futuro del sector agroalimentario, fortalezcan el mundo rural y la vida en las ciudades. Para ello será necesario seguir trabajando en modelos de investigación donde los agricultores sean parte activa de la misma, con un intercambio activo entre científicos y profesionales, una evaluación colectiva de los problemas y un co-diseño de soluciones.